Historias del Rescate
Son los relatos de mujeres que enfrentaron el miedo, cruzaron fronteras y encontraron, en medio del caos, una mano extendida. Estas voces nos recuerdan por qué luchamos, por qué acompañamos, por qué rescatamos. Porque detrás de cada rescate, hay una vida que vuelve a soñar.
Rukhsar Bakht Popalzai
De Wolesi Jirga TV al camino del exilio
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Rukhsar Bakht Popalzai, periodista de la radio y televisión Wolesi Jirga (parlamento afgano), ha atravesado momentos profundamente difíciles y desafiantes. Antes de la caída de Afganistán en manos de los talibanes, trabajó en varios medios de comunicación y fue parte del equipo de Wolesi Jirga TV, en pleno corazón del espacio mediático del país. Sin embargo, con la llegada al poder del régimen talibán, las puertas del crecimiento, la educación e incluso de una vida normal se cerraron para las mujeres. Como muchas otras, Rukhsar vio cómo todos sus sueños y posibilidades se desmoronaban en una sola noche.
“Cuando alzamos la voz para exigir nuestros derechos, nadie nos escuchó”, relata. “Fuimos reprimidas. La situación se volvió tan grave que no solo las mujeres estaban en peligro, también mi seguridad y mi vida corrían riesgo. Después de todo lo que pasó, ya no podía ver a Afganistán como un lugar para vivir.”
El 15 de agosto de 2021, recuerda, el ambiente en Kabul era de puro terror; todo estaba impregnado de miedo. Solo habían pasado cuatro días desde que se convirtió en madre. Mientras ella estaba en casa, su esposo —que trabajaba para la Dirección Nacional de Seguridad (NDS)— se encontraba en el campo. Esperó horas para poder llegar a casa, y cuando lo hizo, cerca de las 14:30, no trajo tranquilidad, sino la noticia de que Kabul había caído.
A partir de ese momento, la vida de Rukhsar y su familia cambió radicalmente.
Ella cuenta que, además de las amenazas y el peligro físico, la principal razón que la llevó a abandonar su país fue su hija. No podía soportar la idea de que creciera atrapada en un futuro sin sueños ni oportunidades.
Rukhsar es madre de una niña de 4 años
“¿Cómo podía yo, que ya lo había perdido todo, permitir que también se perdiera la vida de mi hija en medio de tanta injusticia?”, dice con una mirada llena de sentimientos maternales que reflejan la fuerza que la impulsó a migrar, incluso en las circunstancias más oscuras.
Su camino hacia el exilio comenzó en Pakistán y duró más de dos años y medio. Pero la vida allí también fue difícil: acoso policial, crisis económicas, desempleo… Todo eso formaba parte de su día a día. A pesar de todo, lo que la mantenía en pie era la esperanza.
“Cuando pierdes la esperanza, es como si todo terminara”, dice. “Sentía que en Pakistán nadie valoraba a las mujeres afganas en esa situación tan dolorosa.”
Su historia tomó un giro cuando la asociación Esperanza de Libertad, junto con el apoyo del pueblo español, la ayudó a salir de esa oscuridad con compasión y solidaridad. Finalmente, el 4 de abril de 2025, Rukhsar llegó a España. Hoy, su objetivo no es solo reconstruir su vida personal, sino también servir a la sociedad española y apoyar a las mujeres afganas que aún enfrentan sufrimiento y abandono.
“En España, quiero recuperar los sueños que perdí en Afganistán. Me dedicaré a educar y apoyar a las mujeres afganas para que también puedan alzar sus voces y mantener viva la esperanza en este mundo oscuro.”
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Rukhsar recuerda cómo perdieron sus empleos, cómo la vida se llenó de miedo y cómo las dificultades económicas y las amenazas constantes los obligaron a convertirse en refugiados, moviéndose de casa en casa para evitar ser atrapados por los talibanes. Finalmente, y con el corazón desgarrado, cruzaron la frontera hacia Pakistán de forma clandestina, solo para descubrir que allí tampoco encontrarían paz ni seguridad. Dormían y despertaban con preocupación, día tras día.